Se van yendo todos...
Van llegando al final de su camino y cuando tocan puerto, estamos nosotros aquí para acusar su falta.
Lloramos su vacío, más que su suerte.
Es un sentimiento egoísta. Nos duele nuestra soledad,el remordimiento,el miedo al cambio o simplemente el concepto en sí de muerte.
No sé cuando fue mi bautismo en la cultura de la muerte y los rituales que la rodean y no sé por qué durante unos años ejercía sobre mí una seductora atracción el hecho de jugar con ella.
Era algo, entre superficial y romántico.
Comenzó mi contacto con la tierra siendo muy niña, cuando escarbaba pequeños hoyos donde semienterraba diminutos objetos que luego cubría con un trocito de vidrio. Eran las "cristalinas".
Un día hice una con un insecto muerto. Fue mi primera tumba.
Desde ese momento, ya me sentía obligada a dar sepultura a cada animal que encontraba por el campo y así mi frecuente condición de enterradora, fue dándome la experiencia y el buen gusto que tan solemne momento requería.
Pequeñas cruces hechas con palos,coronas de flores, y trocitos regulares de piedra que rodearían el montículo de tierra prieta, requerían casi una tarde entera de trabajo,entre procurarme el material, y la artesanía y decoración posteriores.
Años mas tarde, me aficioné a los cementerios.
Cuando íbamos de pueblos y mientras los mayores estaban con sus charlas,buscábamos la iglesia del lugar pues sabíamos que el camposanto siempre estaba próximo.
Lo recorríaamos cruz a cruz, lápida a lápida, curioseando nombres y calculando edades.Especial ternura nos producían las tumbas pequeñas.
A esas les dedicábamos más atención y unos cuidados especiales;las limpiabamos un poco y las adornábamos con flores que quitábamos de otras sepulturas...y nos entristecíamos por aquel niño que habría muerto hacía tantos años y que tenía su tumba tan abandonada...y sufríamos por ese olvido y por el naufragio de ese viaje tan corto.
Crecí en edad y creció también mi ambición funeraria.
Ahora fantaseaba con las grandes construcciones mortuorias,Las Piramides y las impresionantes tumbas de los valles de Egipto.
Esa afición ya quedó fijada en mi mente. Sigue conmigo pero ahora grabada en mi memoria depués de tocar sus gastadas piedras,de deslizarme por sus agobiantes rampas, admirar el colorido de sus paredes y disfrutar de su grandeza entre el río y el polvo del desierto...
Polvo eres...
"El nacimiento y la muerte no son dos estados distintos, sino dos aspectos del mismo estado."
GANDHI, Mohandas
PD
Ya no me gustan los cementerios, hoy no les encuentro encanto, urbanizaciones de adosados impersonales.
Cosas de la modernidad.
Todo en serie y convenientemente numerado.
Juncal.
13 comentarios:
Un poco macabra esa afición tuya a las lapidas y los enterramientos cuando eras niña.
Solo faltaba algo de musica para acompañar al relato ¿que te parece ESTA?
Recuerdo que la primera vez que me llevaste a Burgos las visitas primeras que hicimos fueron "El Castillo", lugar de enterramiento y "El Cementerio", por cierto muy bonito, aunque yo prefería visitar ese bar que ponían unas chuletinas de cordero como para chuparse los dedos.
Un beso, nos vemos pronto.
En mi caso nunca he sentido la menor atracción por cementerios o bellos mausoleos. Tal vez sea debido a que desde pequeño he tenido que asistir a cientos de entierros en feos cementerios de aldea sin el menor encanto, muchos de ellos con lápidas rotas y la maleza invadiéndolo todo.
En mi mente la palabra cementerio evoca lluvia, llanto, olor dulzón de flores marchitándose, palabras repetidas por un sacerdote en tono monocorde, apresurado y sin convicción, gente parada enfrente de una tumba con gesto de dolor, esperando, más que confiando, en que algo de lo que fue un ser querido se conserve allí aparte de los restos físicos.
Eso sí, muchas veces después de un entierro, cuando la gente ya se va yendo recuerdo aquel poema de Bécquer donde dice:
“¡Dios mío, que solos se quedan los muertos!”
PD: Espeluznante la fotografía del niño violinista Juncal, muy bien escogida.
Otro video: Niño del violín
Salu2
Enterradora Juncal:
Algo macabra tu afición, pero me confieso la fascinació que ejercía sobre mí, en una época el Cementerio de La Habana. Un cementerio que nada tiene que envidiar al de Montmartre o Pere -Lachaise (sitios que también he visitado por el morbillo de ver sus inquilinos)
El cementerio de Colón no sólo era lo monumental de las tumbas, sino el ambiente de misterio que lo envolvía.
Había muchísimas historias de enterrados, etc y si dabas con uno de esos señores ya mayores que trabajaban allí, te hacían la historia de las tumbas y de las familias propietarias.
Puedes ver algunas fotos curiosas aquí, aunque lo mas tenebroso son los enlaces a las fotos de familia de ese señor propietario del blog.
Una cosa curiosa:
En la entrada del cementerio de la Habana (Cementerio Colón) el departamento de tráfico de la ciudad, puso una señalización que decía "Sólo entrada". No se si no se dieron cuenta o lo pusieron a ex-profeso de coñas.
Un abrazo
Hola Nacho.
No, no lo veas como actitud macabra.
Te prometo que era mas creativa que otra cosa y ademas ponía todo mi cariño en que me quedase bien.
Si decoramos la vida por qué no la muerte? La entrega en la labor es la misma en los dos casos.La satisfacción del trabajo bien hecho.
Gracias por el enlace a Carmina Burana, sabes que me encanta.
Aquellas avenidas de tierra pisada con grijo y tupidos cipreses a los lados del cementerio de Burgos, eran un paisaje digno del mejor cuadro.
Juncal.
Joselín, no te pongas tan serio.
Ya sé que no trato el tema de la muerte con el respeto que a ti te merece, pero mira, yo en aquellos momentos de mi infancia, no estaba involucrada en el sufrimiento que acompaña a la muerte de alguien querido,sencillamente porque no había tenido aún que pasar por ello y tardé mucho mucho tiempo en averiguarlo.
De manera que todavía estaba....( ¿virgen?) en ese sentimiento.
Y ahora déjame que bromee otra vez y te vuelvo a decir lo de la estampa bucólica...No lo concibes ¿verdad?
Imagínate la niña con la cesta por el campo...buscando palos, flores,cantos...tejiendo coronas...
Gracias Jose.
Ay Alberto ¡ qué maravilla !
Muchas gracias por el enlace, la verdad es que eso también es arte y que avenidas y que entrada...
Bueno, no sé de que me sorprendo, en la línea con el resto de la ciudad.
La verdad es que en su momento, antes de la revolución, tenía que ser una de las ciudades mas bonitas del mundo.
Y la labor del enterrador-guía tambien me parece bien. Hacer vivir la memoria de los que se han ido...
Precioso comentario.
Me has captado mi idea de la estética de la muerte.
Abrazos
Juncal.
Alberto, no se cuando volveremos a la Habana, tal vez algún día, pero si sé lo que con seguridad visitaremos, el Cementerio.
Hemos visto las fotos del enlace y como dice Juncal en su contestación hacia ti, está de acorde con el resto de la ciudad.
Mejor ver la arquitectura del cementerio que algún que otro Museo revolucionario.
Un abrazo.
PD.
Mucha coña lo del letrerito "solo entrada".
Si lo pusieron de coña, la verdad tiene mucha,¿ humor Cubano?
Nacho, Juncal:
Buscando la foto del letrero de "solo entrada" del cementerio de colón, encontre estos vídeos de la película "La muerte de un burócrata" (ya que estamos puestos de muerte)
Creo que es una de las mejores comedias cubanas, hecha en los años 60
Basicamente el argumento es el siguiente:
Un trabajador vanguardia muere y sus compañeros en honor lo entierran con el carnet laboral.
Cuando su viuda va a cobrar la pensión, lo necesita. Su sobrino trata de exhumar legalmente el cadaver, pero le dicen que es imposible antes de dos años. Se mete en el cementerio y lo saca ilegalmente (el cadaver claro).
Cuando va a gestionar de nuevo el segundo sepelio le dicen que no es posible porque ya esta enterrado (al menos no consta una exhumacion)..
Si podéis conseguirla y verla merece la pena
Os dejo los enlaces:
enlace 1
enlace 2
enlace 3
enlace 4
perdon, la direccion del primer enlace es:
enlace 1
Hola Alberto.
Gracias por los enlaces.
Estuvimos viendo ayer mismo los cortes y,si, estan simpatiquísimos porque además del enredo en si,se ve muy bien el sistema de despachos y burócratas o comunmente "funcionarios".
Muy buena la escena de la "compañera" de la oficina de exhumaciones recitando absorta toda la normativa.
Esto me recuerda la primera vez que puse un pie en La Habana, en el mismo aeropuerto, mientras esperabamos en la larga fila de interrogatorio o control de pasaporte,pues fue ahí cuando vi las dos primeras compañeras funcionarias.
Debidamente uniformadas, portaban utensilios de limpieza.Eran las encargadas de recoger las colillas.
La mecánica era la siguiente: una apoyaba el paletón y la otra empujaba con un leve toque de escoba, la colilla.
Yo no sabía si estaba soñando....
Solo acerté a decir tímidamente..."aquí no debe de haber paro"
Miles de funcionarios, para miles de ventanillas...
Gracias otra vez.
Juncal.
Hola, Juncal:
Son contadas las veces que he estado en cementerios, y de hecho la única vez que asistí a un entierro acabé coactuando de enterrador. El caso es que no me atrae su estética, ni le veo atractivo a su componente mórbido.
Pero tu texto, entre otras cosas, me ha recordado que hace mucho que no visito el columbario de San Pedro, así que gracias.
Cuidaros
Nino de enterrador?
Y de killer?
Que mas nos tienes preparado? :)
Hola Marcelo.
Andaba yo siendo niña jugando con la muerte sin saber, en la imprudencia que da la ignorancia, el daño que causa.
A mí solo la experiencia me enseña y me cambia.Ella que todo lo puede.
Saludos
Juncal.
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