estudió pintura en Francia y a su llegada a Cuba colaboró con el periódico cómico "La Charanga" y "El moro Muza", semanario de humor.
A principios del siglo XX, su obra fue censurada por considerarse critica, burlona y traidora a la lucha independentista cubana.
A pesar de ello y de sus ideas antiliberacionistas contribuyó a forjar la conciencia nacional de Cuba que tan bien contempló y plasmó en su extensa obra litográfica, pintura y oleo, además de las ilustraciones, caricaturas y las marquillas para tabacos como "Vida y muerte de la mulata".
